¿Has escuchado esa idea de que el el cuerpo tiene memorias? Hay vivencias que nos marcan no solamente en nuestras emociones sino también en nuestro físico. Por ejemplo, las células de la piel registran en su memoria los efectos del sol y por eso se dice que a veces nos salen manchas, arrugas e incluso cáncer porque las células han guardado el recuerdo de los efectos solares. Y en algún momento esa información sale a la luz. Hoy quiero hablarte de las memorias relacionadas con el linaje materno, quiero contarte dónde se guardan, qué tipo de historias y mensajes revelan y qué relación tienen con los desajustes menstruales.
El Útero: el caldero de las emociones
El Útero es un órgano físico exclusivo de la Mujer, cuya función principal es la de crear, sostener, nutrir y dar vida. Su forma de bolsa contenedora alude a un caldero que contiene mezclas de ingredientes y texturas cargadas de sabiduría, experiencia, estudios y vivencias.
Fíjate que un feto femenino ya crea sus ovocitos, las células germinales que darán lugar a los óvulos. Uno de esos futuros óvulos será fecundado y dará lugar a un nuevo feto. Si cada célula tiene información de nuestro ADN y de nuestras memorias transgeneracionales, podemos deducir que si yo me quedo embarazada de una niña que ya en mi vientre materno forma sus ovocitos, yo llevaré en mi Útero la información genética y transgeneracional de mis nietos. Imagina qué fuerte es la conexión de la abuela materna con sus nietos, y más aún cuando se trata de nietas. En sus ovocitos, estas Mujeres llevan su información genética, la de su madre, la de su abuela y así sucesivamente, puesto que cada una de ellas recibió de su madre y su abuela hasta el principio del linaje.
Añadimos además la idea de que nuestro código genético guarda toda la información física del linaje, y también las memorias emocionales, los traumas y experiencias. Heredamos más que un cuerpo, heredamos una historia compleja llena de pactos, alianzas, patrones, creencias, olvidados y desterrados.
El Linaje Ancestral Materno
Las Mujeres tenemos una relación especial con la línea recta que empieza (o acaba) en nosotras, sigue con nuestra madre, a continuación su madre (nuestra abuela), la madre de éste (nuestra bisabuela) y así sucesivamente. Todas las Mujeres de nuestra familia son importantes, todas nos afectan, pero esta línea recta será la más determinante, la que más nos marque. Esta línea recta empezó su recorrido en el Útero de la primera ancestra, y termina de momento en nuestro Útero propio, hasta que tengamos hijas que hereden esa línea ancestral.

Nuestra Mamá, tanto si está presente como ausente, es nuestra primera referencia tanto al concepto de Mujer como de familia. Aunque no la hayamos conocido, habitamos su vientre durante varios meses, estuvimos formándonos en el Caldero que alberga todas las memorias de mi linaje. Tanto si tenemos buena o mala relación con ella, uno de los primeros pasos que hay que dar para alcanzar nuestro empoderamiento consiste en reconocer a nuestra Mamá, darle su valor porque me dio la vida, pues si no fuera por ella y su Útero yo no estaría aquí, y a partir de este punto sanar y desbloquear los asuntos puntuales que cada una tenga que trabajar en su Linaje.
Fíjate que estoy hablando de Mamá cuando me refiero a la Mujer que pare, que da a luz. Hablaré de Madre cuando me refiera a la que cría y ejerce como tal, ya que todas las Mujeres, seamos o no Mamás, ejercemos este rol en algún momento, ya sea porque tenemos una actitud maternal o porque transitamos un Arquetipo con este nombre.
Memorias de dolor menstrual
¿Sabes qué es la menarquía? Es nuestro primer sangrado, el inicio de nuestra vida cíclica. Suele ocurrir a partir de los 11 años, aunque en algunos casos se adelante o se atrase algunos años. Nuestra primera regla viene acompañada del despertar de las memorias del Linaje Ancestral Materno, de sus experiencias menstruales y de sus vivencias como Mujeres. Con la menarquía despertamos los recuerdos de las menarquías de nuestras Mujeres, cómo vivieron su menstruación, los tabúes que tenían, las creencias limitantes, lo que les enseñaron. Heredamos, aunque no los manifestemos siempre, sus traumas al respecto. Y a partir de nuestro segundo sangrado empezamos a crear nuestras propias historias, creencias, traumas, que heredarán nuestras hijas en su menarquía.
¿Recuerdas cómo fue tu menarquía, cómo la viviste? ¿Qué te dijo tu Mamá? ¿Cómo reaccionó tu familia? ¿Te habían preparado para ese momento? ¿Sabías lo que te estaba pasando? ¿Cómo hubiera sido vivirlo con alegría, con celebración?

La forma de vivir nuestra menarquía será relevante para nuestra vida menstrual, de la misma manera que la manera en la que decidamos vivir nuestro primer día de sangrado cuando nos baja la regla determinará cómo vivimos nuestro ciclo. Si me permito descansar en la medida que me sea posible y cuidarme, viviré un ciclo más armonioso y consciente.
Hay un Rito de Paso, que es una ceremonia enfocada a celebrar un acontecimiento importante de nuestra vida, dedicada a la menarquía. A mí me gusta llamarlo El Despertar de la Doncella, en honor al cuento de “El Despertar” que cuenta Miranda Gray en su obra “Luna Roja”. En él, las niñas menarcas (o casi, no todas menstrúan cuando reciben el Rito) viven su primer Círculo de Mujeres dedicado a la menstruación (estos Círculos reciben el nombre de Carpa Roja). En él, escuchan hablar de menstruación consciente, de los Arquetipos Menstruales, de los ciclos lunares, de las memorias del Linaje Ancestral Materno, y las Mujeres que las acompañan, normalmente sus Mamás, Abuelas, Tías y Amigas muy cercanas, cuentan sus experiencias con la menstruación, tratando siempre de dar su mejor visión de la misma. ¿De qué les sirve a estas niñas en este momento tan sagrado saber que la regla duele como un parto y que se empiezan a contar los días para que nos llegue la menopausia? Cuando las Mujeres asisten a estos Ritos, deben traer una conciencia de sanación con la menstruación, para poder transmitir desde esta posición esa energía a las niñas, aunque no se tenga experiencia o conocimientos sobre menstruación consciente. Si nos duele la regla como el más traumático de los partos, podemos decirles a las niñas que la menstruación puede doler y que para eso tenemos remedios naturales como los saquitos de hierbas y que siempre podemos conectarnos con ese dolor y preguntarle por qué está ahí. Cuando hacemos Ritos para la Menarquía, las Mujeres asistentes sanan también las memorias de su primer sangrado.
Sanar el dolor menstrual a través del Linaje Materno
Tanto el dolor como los desajustes menstruales, así como síntomas como endometriosis o candidiasis nos conectan con las memorias del Linaje Ancestral Materno. A veces el origen de la Herida se origina en nosotras, pero aún así es bueno rastrear cómo vivieron nuestras Mujeres los asuntos asociados a esa Herida. Por ejemplo, puede que no tenga ancestras que hayan sufrido amenorrea y que yo sea la primera de mi Linaje que la padezca. Puede que no hayan Mujeres que hayan vivido el desconectarse de ellas mismas de la manera que se manifiesta en la amenorrea, pero seguro que encontramos Mujeres que no se han sentido reconocidas, que las han desvalorizado. En cualquier caso, reconocer y honrar a las Mujeres de mi Linaje Ancestral me permite ver, reconocer y honrar a la Mujer que Soy.
Hay un Rito de Paso llamado Rito 13º del Útero Munay-ki, en el que nos conectamos con la Mujer Medicina que Todas Somos, la Mujer con capacidad de transmutar el dolor en amor, de sanar con sus elementos y dones naturales. En este Rito, se llama a todo nuestro Linaje Ancestral Materno (o, al menos, hasta 7 generaciones anteriores a nosotras) y se liberan las memorias de dolor guardadas en nuestro Útero, utilizando para ello un poderoso mantra que es el siguiente:
El Útero no es un lugar para guardar miedo o dolor.
El Útero es para crear y dar luz a la Vida.
Vientre Sagrado
Aquí te facilito otro mantra sanador, el primero con el que empecé a conectar con mis memorias ancestrales. Ponte en postura de meditación, enciende una velita rosa, un incienso floral o una varita de palosanto, lleva tus manos a tu vientre, cierra los ojos y conéctate con esta bella letra. Y si te nace, cántala también:
Vientre Sagrado, Centro de Poder.
Tú, que guardas las memorias de todo el ayer.
Limpio mi pasado, vuelvo a renacer.
Floritura hermosa: ábrete al placer.
Sana tus memorias ancestrales a través de tu menstruación
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